dijous, 25 de juliol del 2013

ILLOUZ, Eva: "¿Por qué duele el amor?" Capítulo titulado "La gran transformación del amor..."

Eva ILLOUZ


Por qué duele el amor  (Clave Intelectual, 2012)

Capítulo titulado "La gran transformación del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales".


Por Sílvia Gil Cordero




En la obra de la socióloga Eva ILLOUZ, Por qué duele el amor  (Clave Intelectual, 2012), encontramos un capítulo titulado "La gran transformación del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales". En él, ILLOUZ, hace una revisión de las novelas de Jane Austen, para entender el comportamiento "amoroso" desde principios a finales del siglo XIX, en Inglaterra. Así, vemos que un caballero puede criticar a su dama y, ésta recibir su crítica con benevolencia, porque su intención no es otra que, la de moldear su espíritu de acuerdo a un código moral que transciende a ambos, en consonancia con el carácter patriarcal de la época, dónde el amor no es "irrupción", sino "acumulación"; un sentimiento, que surge de la familiaridad con el otro y, del tiempo. Dónde también, la reputación y el honor, no dependen tanto de la opinión del pretendiente, cuánto de ciertas conductas regidas por un comportamiento objetivamente evaluable.
En este contexto, la mujer está protegida por la familia y, en realidad, quién sufre la mirada del prójimo, de los otros, es el hombre. Un sendero, una ruta, que los amantes pueden ir sorteando, puesto que está bien delimitado, evitando la ansiedad que provoca la incertidumbre. La ritualización del cortejo, protegía a las mujeres de las emociones. Así, "los sentimientos confirman el compromiso y el compromiso, confirma los sentimientos"; el hombre ha de declarar su amor, antes de que ella lo haga.
En cambio, en las relaciones modernas del siglo XXI se exige "autenticidad": ¿Es amor? ¿Siento atracción sexual?

El cortejo en la era premoderna era algo muy serio, puesto que se trataba de una operación económica significativa. Dentro del orden romántico, no se quiere ascender de clase social, pero tampoco, descender. Por lo que se refiere a la dote, las mujeres podían reclamarla en caso de divorcio, lo que llegado el caso, posiblemente pretendía proteger a las mujeres de la arbitrariedad masculina. Se tenían escasas oportunidades de matrimonio, y, la reputación era algo valioso, y se tendía a aceptar la primera propuesta "suficientemente buena".

Visto esto, los sentimientos individuales no son la base del compromiso, sino la promesa. En cambio, en nuestra era, hay que compartir los sentimientos con la pareja, dándose la paradoja de que tanto hombre como mujer, han de ser independientes. Con el  Capitalismo la elección de pareja varía, permitiendo, asimismo, subsumir lo social, bajo lo económico. Los criterios de evaluación de hoy en día tienen que ver con:
- la intimidad emocional o compatibilidad psicológica
- el atractivo sexual (sex appeal)
En el siglo XIX, la belleza tenía cualidades espirituales, sin referencia explícita al sexo. Sin embargo, actualmente, el sex appeal tiene que ver con incitar el deseo en el otro, y, no tanto con la belleza.  Y, esto es lo que tiene que ver con el consumismo y la búsqueda de placer. Así, maquillarse, el mundo de la cosmética y la moda, el glamour (que demuestra por ejemplo Brigitte Bardot, que da más ganancias que las fábricas Renault, como apunta Gonçal Mayos),  no descalifica a las mujeres respetables. Por otro lado, el orgasmo y el placer mutuos son actos de igualdad y reafirmación femenina. El movimiento homosexual se aliará con la democracia, como la "capacidad de elegir", aunando sexualidad y derechos políticos. En los vínculos románticos, ahora hay atracción sexual, de tal modo que en el otro, "uno tiene que sentir que es una bomba, que le gusta el sexo, que le gusta dar y recibir placer". De este modo, la sensualidad es clave en la elección de pareja. Pero habrá un escollo, y es que en esa búsqueda de la "química" no hay parámetros objetivos.

¿Cómo afecta esto al mercado matrimonial (Gary Becker)? Si en el siglo XIX, la belleza, tenía que ver con una clase social determinada con determinados valores morales, en la modernidad, hay competencia dentro y fuera del propio grupo social. Es cierto que, sigue habiendo intercambio de belleza-sensualidad, por poder económico-estatus, lo que lleva a una tensión entre persona "socialmente" adecuada y persona "sexy", pero, en definitiva, será la personalidad de cada uno (rendimiento sexual, capacidad de compromiso), lo que decidirá la balanza, si se da el "arrobamiento emocional" (Hans Zetterberg).

Si en el mercado matrimonial premoderno el sistema es patriarcal, y, a los varones les parece interesante el compromiso, en el mercado matrimonial moderno y capitalista, el poder lo siguen manteniendo los varones (lo que apunto yo, no es de extrañar, si tenemos en cuenta que, para ENGELS, en La familia, la propiedad privada y el Estado la monogamia, el patriarcado y el capitalismo, van unidos), pero, cómo analizará en el capítulo tres ILLOUZ, titulado "El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas", ahora los varones no le encuentran ningún sentido al matrimonio. Eso es lo que refleja la serie de televisión "Sexo en Nueva York". Si una mujer "seria" manifiesta su intención de casarse, parece fácil de manipular, perdiendo atractivo, ya que, conseguirla, no significa derrotar en el campo sexual, a otros hombres.

En el blog de Gonçal Mayos, "Macromayos",  en la entrada del 18 Julio 2013, titulado ¿Capitalismo emotivo o antisentimental?, se nos habla de un posible intercambio matrimonial o económico entre una joven belleza de 25 años y un multimillonario. Éste, renuncia a casarse para toda la vida, puesto que la belleza es caduca, y sin embargo, su riqueza puede que vaya en aumento. Le propone a la joven belleza, un "alquiler", mientras ésta dure, previa "prueba", para saber, obviamente si a esa joven belleza, se le puede sumar un capital sexual. Se me ocurre entonces, que la única baza que puede tener esa belleza joven para conseguir el compromiso "in aeternum" del millonario, será demostrarle que ese "sex appeal" también pueda llegar a ser eterno. Al menos, mientras, mientras sea cierto que él pueda, como apunta el profesor Mayos, seguir aumentando su riqueza en un escenario de crisis mundial.

BIBLIOGRAFIA:

ILLOUZ, Eva: ¿Por qué duele el amor? Una explicación sociológica. Madrid: Clave Intelectual, S.L., 2012 (Título original: Why Love Hurts. A Sociological Explanation. Berlin: Suhrkamp Verlag, 2011)

WEBGRAFIA:










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